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Diplomado online en Filosofía Política Moderna y Contemporánea: por qué postular

16 Marzo 2022

Hasta el 15 de abril se encuentran abiertas las postulaciones al nuevo Diplomado en Filosofía Política Moderna y Contemporánea, primer programa completamente online del Instituto de Filosofía UDP dirigido por el profesor Juan Ormeño, quien comparte aquí algunos puntos que caracterizan al plan de estudios.

Con una duración de un semestre, este diploma incluye en su plan de estudios módulos que abordan el contrato social clásico y contemporáneo y el estudio de conceptos como reconocimiento y alteridad, o violencia y enajenación. Las clases comienzan en mayo de 2022 y aquí se pueden consultar los requisitos para postular.

Consultamos al profesor Ormeño sobre algunos aspectos generales del programa.

¿Qué herramientas puede otorgar este diploma para reflexionar filosóficamente sobre nuestra actualidad política nacional e internacional?

A diferencia del estudio empírico de la sociedad y de la política, que explica la situación presente señalando sus causas o los elementos que la componen, la comprensión filosófica de la vida social y política pretende reflexionar sobre la «racionalidad» de las reglas de la vida en común, que está directamente ligada con la eventual justificación de las instituciones. Aunque ninguno de nosotros se comporte siempre racionalmente, si evaluamos la bondad, pertinencia o aptitud de un arreglo institucional particular, o de una persona y sus acciones, lo hacemos de acuerdo a ciertos criterios «ideales»: le reprochamos a una institución o a una política pública no ser apta para lograr una determinada meta, no ser consistente con ese objetivo.

De modo análogo, la consideración filosófica de la política evalúa la eventual racionalidad de una forma de vida social y sus arreglos institucionales. No solo si es apta para cumplir una determinada función, sino si esa función es ella misma racional: ¿es un objeto a perseguir? ¿Y por qué? De ahí que la filosofía política no pueda llevarse a cabo sin conceptos relativos a la naturaleza humana, o a la naturaleza de la vida política. La consideración propiamente filosófica de la política apunta a cuestiones relativamente invariantes, y a la elucidación de los conceptos sin los que la evaluación de la eventual «racionalidad» de la misma no puede tener lugar.

Este diploma, entonces, pretende entregar las herramientas conceptuales para realizar el tipo de evaluación o reflexión que es propia de la filosofía política.

¿Por qué es indispensable conocer la tradición del contrato social, tanto para la comprensión como para la crítica del presente?

La idea de un «contrato social» busca justificar las instituciones políticas a partir de las razones que las personas tendrían para someterse a ellas, si se comportaran racionalmente. Por cierto, nunca ha habido un acto histórico por medio del cual las personas se comprometan entre sí a obedecer conjuntamente reglas compartidas, aunque la imposición de ciertas reglas a los monarcas por parte de los súbditos -como la Carta magna o las Constituciones europeas de 1848- suelen interpretarse bajo un modelo semejante. Lo mismo puede decirse de procesos constituyentes como el de Chile hoy.

El modelo del contrato excluye varios tipos de (presuntas) justificaciones del poder político: el derecho divino de la autoridad temporal, o el hecho de que la tradición así lo establezca. Lo que el modelo hace es mostrar que toda fuente de autoridad que no se base en el consentimiento de quienes han de obedecerla es, en principio, espuria. Pero a la vez exige que las razones sobre las que se basa el consentimiento sean razones que todos tendrían, si actuasen racionalmente. En ese sentido, el modelo es individualista, ya que presupone el consentimiento de cada uno y no el de un colectivo. Y aunque no toda concepción liberal de la sociedad y la política se basa en el modelo del contrato social, toda concepción liberal es individualista en el mismo sentido.

Además de la tradición (moderna) del contrato social, hay una vertiente contractualista muy importante en la filosofía política contemporánea, representada por la obra de John Rawls, cuyo impacto e importancia no pueden apreciarse sin el conocimiento de la tradición moderna que la precede y las críticas a las que esa tradición ha sido sometida. Y tanto en la modernidad como actualmente hay pensamiento político que mira con fundada desconfianza el tipo de justificación individualista provisto por el modelo del contrato, cuestión que también discutiremos en el diplomado.

Finalmente, ¿a quiénes le puede servir tener esta formación complementaria que ofrece el Diplomado?

A quienes sientan que la reflexión acerca de las normas fundamentales que han de regular nuestra vida común requiere una perspectiva más general, que abarque la vida común como un todo y no de modo sectorial, como coincidiendo con la perspectiva propia. En un momento constituyente como este, la posibilidad y ganas de participar en la discusión ciudadana parecen requerir la posesión de herramientas conceptuales que permitan sopesar los distintos argumentos.

En particular, podría ayudar a profesoras y profesores de enseñanza media que quieran introducir a sus estudiantes a una manera más reflexiva de enfrentar las circunstancias coyunturales; profesionales que deseen participar en la discusión pública con elementos conceptuales más generales que los que pueden proporcionar las ciencias sociales empíricas; personas deseosas de confrontar sus propias perspectivas con la filosofía política que, en parte por vocación, ha considerado la universalidad de su propia reflexión sin tomar en cuenta cuestiones identitarias como el género, la etnia o la clase. Semejante confrontación no puede sino enriquecer la propia perspectiva. El programa se dirige, entonces, a personas de distintas disciplinas que coincidan en querer reflexionar sobre el carácter normativo de las instituciones y su justificación, respecto de las cuales puedan sentir un fundado escepticismo.

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